Un perpetuo movimiento hacia el futuro

Serpenti de Bulgari cumple 75 años de ser el ícono del cambio que no deja de suceder. Un símbolo innegable de transformación y creatividad que se las arregla para mantener su esencia original intacta

- NATALIA GÓMEZ

En China, Japón, Grecia y Roma la serpiente ha sido una representación de sabiduría y sanación. Los pueblos Celtas y nórdicos la identificaban con la fertilidad. Mitos y leyendas alrededor de este enigmático réptil lo han posicionado incluso como animal sagrado. Kukulkán para los Mayas, Quetzalcóatl para los Aztecas, dioses que sitúan a la serpiente como imagen misma de la resurrección, la renovación de la tierra y amuleto de buena suerte. Con ese fascinante trasfondo y un sinfín de connotaciones culturales llegó también al mundo del arte de la mano de Bulgari.

Serpenti de Bulgari y todo el concepto alrededor de esta icónica colección comenzó a finales de los 40. Las primeras creaciones debutaron en 1948 como un reloj que se enroscaba en la muñeca para servir también como una atractiva pieza de joyería. En sus inicios el acabado era más estilizado, se utilizaba la técnica Tubogas que consiste en combinar una orfebrería magistral con la flexibilidad inherente del metal precioso. Una expresión del espíritu innovador de Bulgari, se lograba sin soldaduras y poseía una inspiración industrial capaz de adaptarse naturalmente a los siguientes pasos de Serpenti.