Enamórate del frío

Si estás batallando con las bajas temperaturas, aquí te decimos por qué correr cuando baja el mercurio del termómetro es una buena movida… y cómo maximizar sus beneficios.

- Por Kerry Mccarthy | Ilustración: Luis Manuel Pérez Martínez

Son pocas las ocasiones en que los puercoespines nos provocan envidia, pero cuando hace frío y ellos no se dedican a nada más que dormir, quisiéramos cambiar lugares con ellos. Se vuelve demasiado tentadora la idea de hibernar toda la temporada en el sillón, pero nos perderíamos de muchos beneficios. Aquí te ayudamos a darle la vuelta a esos pensamientos negativos y a disfrutar esas salidas a correr durante el invierno.

EL FRÍO ES MÁS CÓMODO

Puedes creer que es igual de poco agradable correr en el calor que en el frío, “pero en realidad, para nuestros cuerpos es mucho más fácil hacerlo en condiciones invernales”, según John Brewer, profesor de Ciencia Aplicada en la Universidad de St. Mary en Londres. “Realizamos pruebas en sujetos en el laboratorio de calor, donde corrieron en temperaturas de ocho y 24 °C [las medias de un invierno y un verano ‘normal’]”, dice. “Hicieron tres carreras de 40 minutos al 70 por ciento de su VO2 máximo y se evaluaron las diferencias en la pérdida de sudor, la frecuencia cardiaca, el lactato y la sensación térmica, lo que significa su nivel de confort”.

Los corredores calificaron la sensación térmica un 32 por ciento más cuando trotan en el frío: un aumento de casi un tercio en su nivel de comodidad y, fundamentalmente, en su percepción de la capacidad para sostener el esfuerzo a esa temperatura. En otras palabras, te sientes más fuerte y seguro cuando corres en un clima frío.

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