ODA AL SURREALISMO

Una nueva exposición celebra la vida y obra de una diseñadora revolucionaria: Elsa Schiaparelli.

- DÉBORAH URANGA

La creadora italiana de moda propuso cinturones con manos, botones con insectos y aretes con termómetros. 

Un zapato hecho sombrero, bolsillos con forma de cajón o botones de mariposa… Elsa Schiaparelli incendió el estilo de los años 30 con su visión surrealista. Convirtió periódicos en tela antes que John Galliano y usó el torso de una mujer como botella de perfume mucho antes que Jean Paul Gaultier. Ella fue quien contrató a Hubert de Givenchy (con sólo 19 años) como su ayudante y la primera en colaborar con artistas, como Salvador Dalí o Jean Cocteau.

Ahora el Museo de Artes Decorativas de París celebra su vida con la muestra Shocking! El mundo surrealista de Elsa Schiaparelli, en la que todos los visitantes podrán descubrir la fantasía, poesía y vanguardia de su mundo.

Hija de una aristócrata italiana y de un intelectual erudito, decano de la Universidad de La Sapienza, Schiaparelli siempre estuvo rodeada de personajes con un pensamiento elevado. Fue atractiva del modo menos convencional y materializaba el concepto de lo que significa ser chic. Usó un vestido negro para su boda con el conde William de Wendt de Kerlor, con quien tuvo a su única hija, Gogó, y de quien se divorció por infidelidades. En 1922, Paul Poiret decidió hacerle vestidos gratis por su estilo imaginativo y audaz.