LA CIENCIA HELÉNICA Y TARDO-MEDIEVAL COMO PRECEDENTES DE LA REVOLUCIÓN CIENTIFICA MODERNA

El conocimiento a través de la experimentación que proponía la tradición helénica se ha mantenido en diferentes corrientes a lo largo de los siglos, anticipando el método hipotético-deductivo y alumbrando así la ciencia de la modernidad.

- REBECA BACEIREDO

Cuando Aristarco de Samos en pleno siglo III a. C. apuesta por un heliocentrismo, la cosmología vigente no lo integrará y tendrá que esperar a que Copérnico (s.XVI) tenga en cuenta su hipótesis. En torno a la misma época en la que Aristarco modifica las observaciones del sentido común, incardinado en fuertes estructuras antropocéntricas religiosas, después-, Herófilo y Erasístrato realizan sus investigaciones en medicina: el primero descubre el sistema nervioso, que las arterias servían de vehículo para la sangre -y no para el aire-, desarrolla una anatomía de la retina y del nervio óptico, diferencia el cerebro del cerebelo y determina que aquel es el órgano central, y no el corazón. Erasístrato realizará una descripción completa del órgano, descubrirá la tráquea y distinguirá entre los nervios motores y sensitivos. Ambos realizan vivisecciones y disecciones de cadáveres (de condenados a muerte).

Esto es una realidad excepcional que se desarrolla durante el reinado de los Ptolomeo, ilustrados que fundaron y emplearon el Museo y la Biblioteca de Alejandría como centros de saber que ayudaban a mantener la hegemonía helénica. Estos deseaban centros de conservación y producción de un conocimiento que incluía no solo un cariz observacional, ya presente en el conocimiento griego antiguo y clásico, sino también experimental. A esto no se regresará hasta el siglo XVI. De hecho, en medicina se mantendrá la postura de Claudio Galeno, que renovaba el sistema hipocrático de los cuatro humores, ligados a los cuatro elementos, y el pneuma como principio vital básico.