LOS DESAFÍOS DE LA ROBÓTICA

Los robots se han hecho un hueco en nuestras vidas. No tienen forma humana, pero nos ayudan en casa, hacen más competitivas las empresas y revolucionan los diagnósticos y las cirugías. En el otro lado de la balanza, ¿son solo para algunos bolsillos? ¿Cuál es su impacto en el empleo y la privacidad?

- JUAN RAMÓN GÓMEZ

La ciencia ficción ha recurrido en no pocas ocasiones al argumento de robots que se rebelan contra la humanidad. Robots humanoides, a veces imposibles de diferenciar de los humanos a primera vista, han atemorizado a generaciones que ahora conviven con máquinas que les hacen la vida mucho más sencilla, o al menos más cómoda. Desde la aspiradora que recorre la casa de forma autónoma a la batidora que cocina, pasando por sistemas que se encargan de poner la lavadora y el lavaplatos y levantar las persianas, cada vez son más los robots que se quedan a vivir con nosotros.

Nada que ver con esos robots de forma humana, aunque para el responsable de desarrollo de negocio del Grupo Álava, Héctor Cordal, «la idea que todos tenemos en la cabeza de un asistente robot para el hogar con forma más o menos humanoide es probable que llegue también a ser en el futuro un aparato más que tener en casa». Uno de los grandes obstáculos de este tipo de aparatos es su accesibilidad, no todos se los pueden permitir, aunque Cordal asegura que ese momento también llegará: «En nuestras casas tenemos equipos realmente costosos que seguro hace unos años no nos planteábamos tener».

Los asistentes tecnológicos están implantados en la mayoría de los hogares, ayudándonos a trabajar, cocinar, seleccionando nuestro entretenimiento, ventilando la casa o modulando la iluminación.