LA ENCRUCIJADA DE UBISOFT

UNA DE LAS COMPAÑÍAS MÁS PODEROSAS DE LAS ÚLTIMAS DÉCADAS SE ENCUENTRA EN UNA DELICADA SITUACIÓN, Y EL NUEVO AÑO SERÁ DETERMINANTE EN SU DEVENIR

- Rafael Aznar

ZOZOBRA COMO SERVICIO

No nos cansaremos de decir que los juegos como servicio los carga el diablo, pero casi ninguna compañía puede resistirse a hacer su propio intento de tener un título cuya base pueda ir ampliándose y manteniendo a sus usuarios a largo plazo.

La promesa de una fuente de ingresos infinita como la de Fortnite o la de GTA Online es demasiado tentadora como para pasarla por alto, pero quien más y quien menos se la ha pegado buscando El Dorado. Basta con mirar a 2024: Sony con Concord, Warner Bros con Suicide Squad: Kill the Justice League, Square Enix con Foamstars... Pero, sin duda, la palma el año pasado se la llevó Ubisoft, que vio cómo dos de sus juegos protagonizaban naufragios que fueron la crónica de una muerte anunciada.

Piratas con barcos de papel y soldados que no podían ganar la guerra El caso más evidente fue el de Skull and Bones, un juego de piratas de mundo abierto construido sobre el armazón naval de Assassin's Creed IV: Black Flag. Tardó tanto en arribar que, para cuando lo hizo, ya no tenía sentido, si es que lo tuvo algún día.

Y lo mismo se puede decir de Xdefiant, un shooter multijugador al que también le costó horrores estar listo. En este caso, tenía la ventaja de ser gratuito, pero ni siquiera ese argumento fue suficiente para hacer frente a las armas nucleares de generales como Call of Duty, que, además, ahora tiene la ventaja crucial de estar en Xbox Game Pass.

Mejor suerte parece estar corriendo The Crew Motorfest, pero no deja de ser llamativo que Ubisoft haya insistido en tropezar tanto en la piedra del juego como servicio. Sí, tuvo un éxito quizá inesperado como Rainbow Six Siege, pero también naderías como Roller Champions, For Honor o Hyper Scape, un battle royale del que nadie se acuerda hoy día.