¡Brujería, brujería!

Con ‘La casa del dragón’ convertida en un éxito, Netflix ha decidido ponerlo todo en la tercera temporada de The Witcher para competir con HBO en el género (y fandom) de la capa y espada

- Rubén Romero Santos

La lucha es cruenta y sin cuartel. Todas las plataformas quieren tener su serie de capa y espada de éxito. Que si La casa del dragón en HBO, que si Los anillos del poder en Prime Video, que si Willow en Disney+ y, por supuesto, The Witcher en Netflix. Algunos mueren por el camino (pobre enanito, sniff sniff), y otras redoblan esfuerzos, como es el caso de The Witcher. Para la casa del “Tudum” es estratégico, porque, con el adiós de Stranger Things, las aventuras del Lobo Blanco se convierten en su principal activo. Así que han decidido darlo todo y construirle a Geralt De Rivia su Continente, su hogar a medida, a pocos kilómetros de la exclusiva zona residencial londinense de Windsor-Eton. Allí se levanta el palacete de Redania con todo su lujo, pero también una villa a la que no le falta un perejil: cabañas, armerías, y tiendas de brujo con todo lo necesario para tus sortilegios… Y la joya de la corona, un salón de baile con capacidad para que trescientos habitantes de Aretusa se marquen algo parecido a un minué, incluido Cavill, que se desliza por su pista ante nuestros ojos demostrando que no tiene, ejem, la gracilidad de Fred Astaire.

Arriba, desde la página anterior, el protagonista de The Witcher, Henry Cavill, con su blanca melena; el mismo Cavill junto a sus compañeras de reparto, de espaldas en un momento del rodaje y Freya Allan caracterizada de Ciri, y empuñando la espada.