Cosmotívate – ¿Pagarías más de $2,500* dólares por una melena perfecta?

Josie Copson pasó toda su vida probando sin éxito diferentes métodos para tener una cabellera impecable. Aquí nos cuenta su aventura hacia el paraíso.

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Recuerdo el día que me corté el cabello, tal como lo hace la mayoría de las personas que no olvidan cuando su mascota murió. Tenía 13 años. Días antes de esto, mi hermana mayor, Abbi, me había dicho: “Tu rostro tiene la forma perfecta para un bob”, mientras hojeaba casualmente una revista de modas. La influencia de los hermanos es poderosa. Lo pensé durante dos minutos y le pedí a mi mamá que me agendara una cita en mi salón de belleza favorito. Apenas me quedé a solas con la estilista, le dije que me lo cortara drásticamente.

Para entender lo que sucedió después, necesitan comprender lo que ocurrió antes. Tenía una linda cabellera: larga, brillosa, como de Rapunzel, y se acomodaba perfectamente en la parte de atrás. Mi cabello largo era parte de mi identidad, pero no me di cuenta sino hasta que lo perdí.

Diez minutos después, ahí estaban: mechones cafés esparcidos en el piso blanco del salón de belleza como en una masacre. Ahora tenía un bob. Pero no era como el de Victoria Beckham. Ni siquiera tenía un estilo hipster como el de Vilma, de Scooby-Doo. Era un bob de proporciones épicas, uno que flotaba por encima de mi cabeza como una nube torrencial.

Esperé ansiosamente a que mi mamá llegara por mí, anhelando su consuelo. Pero eso nunca sucedió. Me miró y dijo: “Lindo”, pero sonaba más como una pregunta que como una afirmación. Mi cabello nunca volvió a crecer.

Ahora tenía brackets, acné, y un