Bajo el sol de la Toscana

En los límites de Lucca, Helena Lee descubre un romántico lugar, ideal para la luna de miel, donde se pueden explorar pintorescos pueblos toscanos y otras maravillas.

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Al escribir esto, la idea de cualquier tipo de vacaciones parece un lujo inalcanzable. Aun así me tomé este pequeño descanso poco tiempo después de haber dado a luz a Margot, mi segunda hija, así que el concepto de distanciamiento social e higiene escrupulosa no era algo desconocido para mi familia (“¿ya te lavaste las manos?”, “trata de no visitarnos si tienes algún tipo de resfriado”), y tampoco fuimos extremadamente ambiciosos para nuestros planes vacacionales. Un par de amigos cercanos se casaron en la Toscana ese verano, así que después de las festividades, junto con la feliz pareja, su hijo y otra familia, decidimos hospedarnos en una villa cerca de Lucca, un pueblo amurallado con suficiente cultura para atraernos constantemente, pero sin estar repleto de multitudes y con atracciones que auténticamente llamaban nuestra atención.

Los verdes y cálidos paisajes de la Toscana hacen de éste un destino ideal para la primavera y el verano.