Manolo Caro - Tiene una casa en Netflix

El director mexicano debuta en la pantalla chica con La casa de las flores

- Por Tamara Cuevas

Las locaciones donde se graba La casa de las flores –el primer proyecto de Manolo Caro en formato de serie– están escondidas en algún lugar a las afueras de la Ciudad de México, rumbo a Cuernavaca, casi tan veladas como los secretos de la familia que protagoniza esta producción original de Netflix.

La serie se desarrolla en una gran mansión, imponente y misteriosa como la historia que la habita: un retrato del matriarcado de Virginia de la Mora, interpretada por Verónica Castro, en su regreso a la pantalla chica. Los De la Mora son una familia perfecta por fuera, pero cuya buena reputación se ve afectada cuando el padre confiesa que tiene otra familia. Los conceptos de “la casa grande” y “la casa chica” sirven de pretexto para que Manolo Caro exponga –con su estilo característico– dos mundos que son totalmente opuestos y que, al mismo tiempo, están unidos por un solo factor: el amor.

Al llegar al set, el clima amenaza lluvia. Aunque al inicio nos informan que tendremos que esperar para las entrevistas, el plan cambia casi de forma inmediata. Manolo Caro estará disponible entre toma y toma y la entrevista debe ser ahora o nunca. Con sus inconfundibles lentes de pasta negra, el director mexicano nos espera sentado en la sala de la familia De la Mora. Quince minutos deberán ser suficientes para hablar con el realizador.