Acoso sexual – En México, ni prevención ni castigo

 El acoso contra la mujer en el trabaho es, según los expertos, la forma de discriminación más frecuente. México sigue careciendo de medidas para identificar esta práctica, denunciarla y castigarla.

- Por Viridiana Mendoza Escamilla

Visualicemos a una empleada administrativa de una empresa. Un día, su jefe decide que ya no quiere que trabaje ahí e inicia una serie de acciones que tienen como finalidad hacerla renunciar. Se trata de cambios “sutiles”: modificación de horarios, cambios de lugar, comentarios inapropiados cuando se encuentran a solas, asignación excesiva de labores.

Es una situación real, uno de los pocos casos en el país en los que la víctima ha logrado probar que existe una conducta nociva en su contra. El expediente legal, documentado ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, concluye que “El objetivo, por parte del hostigador, era consumir emocional o intelectualmente con miras a excluirla de la organización o a satisfacer la necesidad de agredir, controlar o destruir”.

El acoso en México se manifiesta de manera discreta, pero ocasiona humillación, frustración, miedo, incomodidad y estrés en la víctima y en quienes atestiguan este abuso.

El acoso en el trabajo se puede catalogar en dos tipos: meramente laboral y sexual, señala Jorge Sales Boyoli, especialista en derecho laboral.

El primero se define como provocaciones, presión, intimidación, exclusión, aislamiento, ridiculización, ataques verbales o físicos, todo lo cual puede ejercerse de forma evidente o simulada. En tanto, el acoso sexual se caracteriza por contactos físicos indeseados, insinuaciones u observaciones marcadamente sexuales, exhibición no deseada de pornografía, o exigencias sexuales verbales o de hecho, entre otras conductas.