Estefanía de Mónaco y Daniel Ducruet, la boda royal más escandalosa

El 1 de julio de 1995 la princesa monegasca se casó con su guardaespaldas, tras una polémica relación que la enfrentó a su familia. El príncipe Rainiero dio su consentimiento al enlace después de que la pareja hubiera tenido dos hijos

- Sonia Montero

EL día que una jo-vencísima Carolina de Mónaco se casó con el playboy Phi-lippe Junot, uno de los ilus-tres invitados fue a felicitar al príncipe Rainiero y recibió como respuesta: "No me fe-licites, dame el pésame". Dos décadas después, el soberano monegasco también habría dicho lo mismo del enlace de su hija pequeña, la prin-cesa Estefanía, con el guar-daespaldas Daniel Ducruet. Pero entonces no hubo in-vitados de abolengo, ni fiesta por todo lo alto.

El 1 de julio se cumplen 30 años de aquella boda que el príncipe Rainiero vivió con resignación, quizás sa-biendo que al igual que la de su hija mayor iba a ter-minar en fracaso. Eso sí, se-guro que nunca se le pasó por la cabeza la magnitud del escándalo que estaba por socavar los cimientos de 'La Roca'.

El 'sí, quiero' de Estefanía de Mónaco y Daniel Ducruet, nada tuvo que ver con una boda royal, ni se organizó con el glamour de todos los grandes acontecimientos del Principado.

El 1 de julio de 1995 la prin-cesa Estefanía hizo realidad su deseo de casarse con Da-niel Ducruet, pero no hubo pompa ni grandes festejos. No se engalanó la ciudad ni se invitaron a representantes de otras casas reales. No hubo salvas, ni repique de campanas. No se abrieron las puertas de la catedral mo-negasca ni la capilla palatina de San Juan Bautista de pa-lacio, escenarios de las otras bodas de la familia.

Un enlace discreto

El enlace se celebró en el ayuntamiento de Montecarlo, ante solo 40 testigos, y con Estefanía luciendo un look nupcial nada convencional, con un vestido de encaje corto y un discreto collar de perlas. Por la noche hubo una cena de gala a la que asistieron 300 invitados.