PUNTO POR PUNTO Despues de vivir en el olvido, las pecas emergen como ese gesto único de la piel que busca celebrar la individualidad.
Cuando tenía alrededor de 7 años, y no era muy consciente de mi apariencia, una amiga llevó a la escuela una revista de moda que le había robado a su madre. Allí comenzó a señalar a las modelos, y me explicó pacientemente que así era como debíamos lucir. Más tarde ese día, a solas en el baño, me examiné detenidamente. Mi cara estaría bien, pensé; tan pronto como todas las pecas desaparecieran, incluso podría probar eso de ser modelo. Me sigue conmoviendo esa idea de una niña de cara redonda y con barriguita, mirándose a sí misma al espejo y concluyendo que ocultar sus pecas era todo lo que la separaba de una carrera profesional sobre las pasarelas. Irónicamente, 25 años después, mis pecas son, prácticamente, la única característica física que comparto con las grandes modelos. Chloe Oh me confiesa que mientras estaba en la escuela secundaria intentó deshacerse de las suyas, pero ahora las valora. La maquilladora Diane Kendal, quien maquilló a Oh en septiembre pasado para el desfile de Rabanne, a veces agrega pecas falsas para aquellas que no fueron bendecidas con pecas naturales). Adwoa Aboah ha convertido las suyas en una tarjeta de presentación, y las se/fies sin maquillaje de Kylie Jenner muestran una gama envidiable de pequeños puntos de color. Olivia Rodrigo admite que también suma pecas a su rostro todo el tiempo.
Con el paso del tiempo, distintas pasarelas y modelos han hecho de las pecas un detalle que merece ser celebrado en todo su esplendor.
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