ORO LIQUIDO

Hay un tarro con miel en la mayoría de las cocinas del mundo, ya que es un nutritivo endulzante y un valioso ingrediente de remedios herbales. Pero cada día, la ciencia descubre más beneficios para la salud y la belleza de la piel, ¿los estás aprovechando?

- BEATRIZ VELASCO

Detrás de este maravilloso producto existe un prodigioso insecto. Las abejas recolectan el néctar de las flores, lo combinan con enzimas y lo almacenan en pequeñas celdas hexagonales, donde se convierte en miel. Su uso es conocido desde la antigüedad: además de alimento y endulzante natural, es una valiosa herramienta terapéutica. Por ejemplo, los antiguos egipcios la usaban de bálsamo para curar heridas; mientras que en India se aplicaba a manera de apósito sobre lesiones.

Dado que su composición es baja en agua, tiene menos de 20 por ciento, y alta en azúcares compuestos (fructosa, glucosa, sacarosa y maltosa, entre otros), la miel es poco propicia para la proliferación de microorganismos. Asimismo, es antiséptica y antiinflamatoria; sin embargo, por su constitución, no todas las mieles son iguales y, por lo tanto, tampoco ofrecen las mismas bondades. Esto es lo que debes saber.

1 PRUEBA DE CALIDAD

Identificar una buena miel de una procesada es muy sencillo, según María Violante, quien estudió herbolaria en la Universidad Autónoma Chapingo, “existe una prueba fácil y segura de hacer en casa. Se coloca una cucharada de producto en un plato plano, se pone un poco de agua y se mueve circular. Como resultado aparecen claramente los hexágonos que forman los panales de abejas”, explica. Si la miel se disuelve en el agua ha sido procesada o es una melaza.

2 VARIEDADES