Una misión extraterrestre

Astrobiólogos buscan vida en las lunas heladas de nuestro sistema solar, pero antes deben probar sus técnicas aquí en la tierra.

- Por Nadia Drake. Fotografías de Carsten Peter y Chris Gunn

Debajo de su corteza congelada y fracturada, Encélado, una luna de Saturno, es hogar de un océano global que podría contener todos los ingredientes necesarios para que prospere la vida como la conocemos.

Aprieto el acelerador de mi motonieve y esta se desliza a toda velocidad por un mar de nieve y hielo. En la oscuridad del crepúsculo, el paisaje se tiñe de tonos de un azul etéreo. Voy de regreso a la aldea después de pasar el día recorriendo un fiordo glacial, uno de muchos en el archipiélago de Svalbard, Noruega, un macizo de islas montañosas en el Ártico alto, donde es común ver la danza de las auroras boreales mientras narvales, belugas y morsas patrullan los mares.

En Svalbard, Noruega, el fotógrafo Carsten Peter, iluminado por motonieves, vuela un dron para capturar el tamaño de este pingo, accidente geográfico en forma de domo, el más grande de la zona. El microbiólogo Dimitri Kalenitchenko, quien estudia los microbios que habitan en una reserva debajo del pingo y dentro del hielo, trabaja en una plataforma cercana. CARSTEN PETER

Kevin Hand, astrobiólogo y explorador de National Geographic (arrodillado, der.), le ayuda a Kalenitchenko (extrema der.) a recolectar un núcleo de hielo de uno de los pingos de Svalbard, cerca de Longyearbyen. En sus hábitats, las comunidades de microbios podrían recurrir a estrategias similares a las que emplearan formas de vida en lunas heladas. CARSTEN PETER