DECAPITACIÓN RITUAL

En la mayoría de pueblos de la antigüedad se realizaron prácticas de descabezamiento con distintas finalidades, algunas de ellas con un fuerte contenido mágico y sobrenatural, como talismanes para alejar el mal o en el marco de complejas ceremonias místico-religiosas. Una costumbre que ciertas tribus aisladas mantuvieron hasta bien entrado el siglo XX. Nuevos hallazgos arqueológicos arrojan luz sobre la enigmática y escalofriante decapitación ritual.

-  ÓSCAR HERRADÓN

Hace apenas unos meses un grupo de arqueólogos hallaba en la prefectura de Honghe, en China, evidencias de una decapitación masiva en tiempos neolíticos que despertó numerosos interrogantes. Se excavaron 42 casas y 14 tumbas donde se encontraron un total de 61 cuerpos. De todos ellos, 41 no tenían la cabeza y de otros cuatro únicamente se halló el cráneo; el hecho de que la mayoría de cuerpos tuvieran la cabeza separada del cuerpo llamó poderosamente la atención de los investigadores.

Tras un exhaustivo estudio de los restos, un profundo análisis de los huesos y los traumatismos que presentaban reveló lo que evidenciaba una decapitación masiva en el Neolítico, en un periodo de hace aproximadamente 4100 años, conclusiones que sus artífices publicaron en SpringerLink, una de las principales plataformas de divulgación científica online.

El estudio demostró que los restos óseos tenían «cortes relativamente finos provocados por herramientas filosas» y que se trataba exclusivamente de cuerpos de mujeres y jóvenes, lo que hizo creer a los investigadores que la decapitación masiva se desarrolló en el marco de un conflicto «cruel y complejo», probablemente bélico. Aunque no se ha podido determinar la causa de las decapitaciones, los arqueólogos barajan tres posibilidades: que se trate de costumbres funerarias o sacrificios dentro de la tribu en cuestión, sacrificios de prisioneros de guerra de otras comunidades o, incluso, atrocidades derivadas de la invasión de una tribu enemiga.

La teoría más plausible, según el estudio, habla de que «otra tribu hostil aprovechó que los hombres salieron de la comunidad para debilitarla», y parece que su planificación resultó exitosa, según recoge el informe: «La pérdida de 32 personas habría sido una disminución del 15,2 % en la población total, o una pérdida del 22,9 % en mujeres y niños. Algunas familias podrían haber sido completamente privadas de sus esposas e hijos».