El origen de los Corsarios ingleses

AI servicio del poder, los corsarios fueron el azote de los navíos españoles. Protegidos y alentados por la Corona, su misión era desprestigiar y debilitar al Imperio español y robarle todas las riquezas que venían allende los mares.

- JOSE CARLOS FERNÁNDEZ RAMOS

Los corsarios tenían información detallada de las rutas que realizaban los navíos españoles. En la imagen, barcos holandeses embistiendo galeras españolas frente a la costa flamenca en 1602.

Conviene aclarar, en principio, que cuando se habla de piratas en sentido general no se tiene en cuenta que este concepto del imaginario popular engloba distintas categorías de una misma especie. Aquí trataremos solo de corsarios, es decir, de la piratería promovida, financiada y amparada por Inglaterra contra los intereses del Imperio hispánico.

Las actividades corsarias podrían definirse como el asalto marítimo a localidades o barcos de un país a cargo de una o varias embarcaciones particulares al servicio y bajo la protección de otro, el cual recibía una parte del botín robado. Por lo tanto, no se trataba de meros delincuentes o merodeadores del mar, como los bucaneros, sino de verdaderos mercenarios legitimados mediante «patentes de corso» que autorizaban el pillaje, con o sin una declaración de guerra previa, para causar el mayor daño posible en naves y recursos económicos a los rivales del patrocinador. Desde el siglo xii están perfectamente documentados los saqueos de corsarios franceses e ingleses en las ciudades portuarias del Cantábrico, así como de ciudades inglesas y francesas a cargo de corsarios castellano-leoneses y aragoneses.

Estas acciones responden a la llamada Razón de Estado, justificación política y filosófica teorizada por el florentino Nicolas Maquiavelo en su famosa obra