ALBANIA LA TIERRA DE LOS 750 000 BUNKERES

Obsesionado con una invasión del Pacto de Varsovia, de la OTAN o de Yugoslavia, el dictador, antiguo héroe de la resistencia, Enver Hoxha ordenó la construcción de cientos de miles de búnkeres en todo el país, un número altísimo para la población albanesa. Hoy muchos de esos refugios antiaéreos permanecen como testigos de la paranoia de uno de los regímenes más oscuros y aislados de Europa del Este.

- PABLO DE AGUINACO

En los años 60 y 70, Albania vivió una fiebre de construcción única en la historia. Miles de estructuras de hormigón, llamadas búnkeres, comenzaron a aparecer en todo el país. La mente maestra detrás de esta obsesión fue Enver Hoxha, líder de Albania desde 1944 hasta su muerte en 1985. Durante su régimen, Hoxha se obsesionó con la idea de que Albania sería invadida en cualquier momento. Esta paranoia llevó a la construcción de más de 750 000 búnkeres en un país con solo 3 millones de habitantes.

PARA COMPRENDER POR QUÉ ENVER HOXHA ORDENÓ LA CONSTRUCCIÓN MASIVA DE ESTOS BÚNKERES es necesario sumergirse en la historia y la mentalidad de su gobierno. Hoxha gobernó Albania con un estilo de políticas fuertemente influenciadas por el estalinismo y elementos del maoísmo desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta su muerte en 1985.

El líder albano mantuvo una relación tumultuosa con las principales potencias comunistas de la época. Inicialmente, se alió con Yugoslavia después de la Segunda Guerra Mundial, pero pronto se distanció de Tito y se acercó a la Unión Soviética, acusando al gobierno de Belgrado de mantener una actitud «antimarxista y chovinista» hacia su país y de tener la intención de anexar Albania como la séptima república de Yugoslavia.