¿PODEMOS ESCUCHAR EL SILENCIO?

Entre el sonido y el silencio media un debate filosófico, psicológico y neurológico de siglos de antigüedad. ¿Podemos percibir el silencio o solo es posible su inferencia como la ausencia de sonido? ¿Escuchamos realmente que no hay sonido o solo deducimos que no lo hay? Las respuestas a esas preguntas parecen estar cada vez más cerca.

-  ABIGAIL CAMPOS DÍEZ

El sonido es la sensación o impresión producida en el oído por un conjunto de vibraciones que se propagan por un medio elástico como el aire o el agua. Por su parte, el silencio es un estado en el que no hay ningún ruido o no se oye ninguna voz. Ambas definiciones, incluidas en el Diccionario Oxford, están despojadas de cualquier connotación filosófica.

Sin embargo, si pensamos que el silencio o el sonido no son iguales para todos los seres, se abre el debate. Es muy posible que un humano nonagenario no perciba un motor de un coche en la lejanía que, sin embargo, un perro escuchará a la perfección. Pero es más, si esa misma circunstancia se hubiera dado cuando la persona tenía 20 años, puede que entonces sí hubiese percibido ese mismo motor lejano… aunque aún no con la misma claridad que el perro. Por lo tanto, se puede deducir que el sonido y el silencio son sensaciones subjetivas relacionadas con lo que el oyente es capaz de percibir. Pero, ¿solo escuchamos sonidos? ¿O también podemos escuchar el silencio? El debate tiene lugar entre el punto de vista perceptivo (si escuchamos positivamente el silencio) y el punto de vista cognitivo (si simplemente juzgamos o deducimos que hay silencio, es decir, por obra de la razón).