AUSTIN BUTLER EL MOMENTO

Desde su transformación para interpretar a Elvis, su carrera no ha hecho más que cobrar impulso, tanto en taquillazos como en cintas independientes. ¿Logrará mantener el ritmo sin desfallecer?

- POR LAUREN LARSON

PRIMERO FUE UN VIRUS. Austin Butler acababa de terminar el rodaje de Elvis de Baz Luhrmann en 2021 cuando despertó con un dolor intenso, similar al de apendicitis.

Fue hospitalizado y pasó una semana en cama. Después, sufrió un extraño episodio de ceguera temporal. Mientras volaba para rodar Bikeriders, la película de Jeff Nichols sobre una banda de moteros del Medio Oeste, se despertó sobresaltado por una terrible migraña justo cuando el avión aterrizaba. Perdió la visión durante varios minutos y le invadió una extraña sensación. Sospechaba que se estaba muriendo. Deseó recuperar la vista, y poco a poco lo hizo; se dirigió al set y trabajó todo el día, atribuyendo el incidente a la falta de sueño. Luego, tras el virus, la ceguera, la migraña y la sensación de que se estaba muriendo, un repentino y terrible dolor en el pie comenzó en Corea del Sur durante la gira de prensa de Dune: Parte Dos, en la que interpretó al fantasmal y psicópata Feyd-Rautha.

Durante ocho meses caminó con los dedos de los pies encogidos para evitar que el dolor empeorara. Finalmente, un médico de Nueva York le extrajo un trozo de vidrio del tamaño de un grano de arroz. Y es que la vida a menudo siembra nuestro camino de clavos para frenarnos. Así, un periodo estresante y crucial en el trabajo se ve interrumpido por un fuerte resfriado; una carrera demasiado larga nos provoca un dolor insoportable en la parte superior del pie que solo desaparece cuando vamos al podólogo; una noche con una copa de más termina con una resaca inmovilizadora que nos deja mirando al techo con apatía, como Cameron (Matthew Broderick), el protagonista de Todo en un día, prometiéndonos que de ahora en adelante llevaremos una vida pura.