PUNTO GENERACIONAL

VISITAMOS TÉRAMO, DONDE FENDI APOYA A NUEVOS ARTESANOS Y TEJEDORES PARA QUE UNA DE LAS ARTES MÁS ANTIGUAS DEL 'MADE IN ITALY' PUEDA FLORECER CON GRAN POTENCIAL PARA NO QUEDARSE ATRÁS.

- Fabrizia Mirabella

Sant'Egidio alla Vibrata. Así se llama el pueblo que toca el valle de los Abruzos, en la provinSqu cia de Téramo, donde vibran las almas de quienes viven el futuro de la fábrica de géneros de punto más silenciosa de Italia, Maglificio Matisse. Silenciosa como el lujo al que pertenece. La razón del nombre no hay que buscarla en un noble árbol genealógico, sino en la idea de un empleado perdido en la noche de los tiempos. Quería que sonara así, francés, poético, un poco internacional, casi inconsciente de que esa riqueza artesanal podía ser capaz de saltarse clichés, épocas, fronteras. Hoy, los mismos clichés son sorteados por tejedores de 60 años que hablan a los ojos brillantes de jóvenes de 16, compartiendo experiencias de 30 años con quienes tendrán 30 dentro de mucho tiempo. En el campo de la provincia de los Abruzos, con sus bosques verdes y sus tiempos marcados por una vida justa y sana, parecería que todo se ha detenido. Sin embargo, el tiempo pasa tan deprisa como la vida de unos jóvenes que aún no saben quiénes quieren llegar a ser, pero que en este taller, con los ojos puestos en las puntadas y las máquinas, aprenden el arte de planificar el futuro. "Mamá trabajaba en el Maglificio Gran Sasso y a los mejores obreros se les daba la oportunidad de quedarse con algunas máquinas para ellos solos... El resto es historia". Lo dice Silvia Scarpantonii, heredera de la familia Scarpantonii, propietaria actual de la fábrica de géneros de punto.