Útimos enigmas de este gigante de gas y sus lunas - Los mundos de Júpiter

Los astrónomos esperan que la misión Juno de la NASA permita conocer mejor la naturaleza de este planeta, que con su inmensa masa y su constelación de lunas domina el Sistema Solar.

- Miguel Ángel Sabadell

En la madrugada del pasado 4 de julio, el motor de la sonda espacial Juno de la NASA abandonó su largo letargo y se encendió durante 35 minutos: su objetivo era situarse en órbita polar en torno al planeta Júpiter. Era la maniobra más complicada y peligrosa a la que se enfrentaba esta nave después de casi cinco años de viaje por el Sistema Solar. Y no será la última: está previsto que el próximo 19 de octubre se coloque a algo más de 4.000 kilómetros de la capa exterior de nubes del gigante gaseoso. Esto reducirá su periodo orbital a catorce días. Nunca antes un vehículo espacial se había acercado tanto al quinto planeta, lo cual resulta bastante problemático.

UNA ARMADURA DE PARTÍCULAS LETAL PARA LAS ASTRONAVES

Y es que, de este modo, el ingenio se encontrará sumergido de lleno en uno de los lugares más peligrosos de nuestro barrio galáctico, la magnetosfera de Júpiter, que se extiende hasta siete millones de kilómetros en dirección al astro rey y casi llega a la órbita de Saturno en la dirección contraria. El estudio de esta estructura, que es la segunda más grande de nuestro sistema después de la heliosfera –una enorme región parecida a una burbuja por la que se extiende el viento solar– es, precisamente, uno de los objetivos de Juno.