A Doce Pasos De La Felicidad

LA ADICCIÓN ES UNA ENFERMEDAD, PERO QUIENES LA PADECEN SON JUZGADOS COMO SI FUERA UNA ELECCIÓN. EN LA FUNDACIÓN RECAL, PACIENTES Y FAMILIARES APRENDEN A CONVIVIR CON EL TRASTORNO Y A EJERCER, DE NUEVO, SU DERECHO A LA FELICIDAD.

- Clara Aunon

No es adicto el que quiere, sino el que no lo puede evitar. Este axioma resume la consideración médica y psiquiátrica de las adicciones, y es lo primero que los expertos de la Fundación Recal explican a quienes acuden al centro en busca de ayuda. Un enorme consuelo para aquellos que viven sometidos a la dependencia. Y es que, a pesar de que la adicción está catalogada por la Organización Mundial de la Salud como un trastorno mental con base biológica, psicológica y contextual, sus víctimas cargan con la culpa que la sociedad les impone..

Ese castigo social fue uno de los factores que impulsó a Maximiliano de Habsburgo a crear, hace ya 18 años, la Fundación Recal. Un centro privado y sin ánimo de lucro dedicado a la rehabilitación de personas sin recursos que padecen algún tipo de adicción.

SEÑALADOS

El príncipe austriaco llegó a Madrid para aprender el idioma en la década de los 80, en pleno auge de la heroína y los psicotrópicos. Después de que la drogodependencia acabara con la vida de una de sus hermanas, decidió ayudar a otros en la misma situación y comenzó un voluntariado con personas sin techo. “El no tener casa me parece el último escalón del camino del deterioro. Uno está al alcance de todos y tiene que exponer su sufrimiento al mundo”, cuenta Maximiliano de Habsburgo en su despacho de la fundación, que preside y dirige.