Un PELO muy nuestro

A lo largo de la historia hemos utilizado el cabello para seguir modas o para rebelarnos frente a ellas. Para marcar nuestra diferencia y reconciliarnos con nuestra imagen. Cuidarlo tiene consecuencias psicológicas positivas y mejora nuestra autoestima.

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El pelo se relaciona con nuestro bienestar emocional. Para quienes consideren esta afirmación inicial algo trivial, recordemos que el cabello nos ha permitido seguir modas, ganar seguridad o la posibilidad de contarle al mundo quiénes somos o cómo nos vemos.

La firma Pantene trabajó durante años con la doctora Marianne LaFrance, profesora de Psicología de la Universidad de Yale, con el objetivo de comprender el poder del cabello. La experta llevó a cabo un estudio con 4400 mujeres de once países. Los resultados constataron que el pelo de las personas se relaciona de forma directa con su felicidad y sostenían incluso que puede afectar a su éxito en la vida.

Según estas conclusiones, cuando nos sentimos seguras de la imagen de nuestro cabello, también nos sentimos seguras de nosotras mismas y de lo que podemos conseguir. Y eso nos hace más productivas.

Otros dos estudios, en este caso realizados para Elvive de L'Oréal Paris en 2016, desvelaron que las españolas se sienten bastante orgullosas con lo que la naturaleza les ha dado, capilarmente hablando. El 83 por ciento considera que su melena es su seña de identidad, el 78 por ciento estima que su pelo es único y el 71 por ciento asegura que no sale de casa sin antes haber arreglado el cabello. Es más, si no les gusta como queda, el 72 por ciento se lo recoge. Solución básica ante un bad hair day.