UN JUNIOR CON CHISPA

Este peculiar Bentley Blower Junior no es un juguete para los hijos de los ricos, sino un coche bastante maduro, por eso se le permite salir incluso cuando el resto de una ciudad tan ajetreada como Londres duerme.

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POCO DESPUÉS DE LAS 22:00, el dueño del pub hace el último pedido. Pero mientras en el bar ponen la última ronda y los clientes se van a casa, las cosas se ponen en marcha para nosotros. Las calles de Londres se van vaciando poco a poco y llega el momento de dar un paseo nocturno en coche, pero en uno en el que no estoy seguro de si lo que voy de vivir será real o fruto de un sueño.  

Por si dar vueltas alrededor del Palacio de Buckingham, posar junto al Big Ben, pasear por el puente de Westminster, detenerse en el Támesis justo delante del London Eye o cruzar el Tower Bridge sin obstáculos con el pie a tabla no fueran momentos suficientemente surrealistas, el coche también parece de otro mundo. O mejor dicho, parece de otra época.

Al fin y al cabo, la historia de extravagancias de la compañía británica aún no ha producido nada más loco que el Bentley Blower Junior que me acompaña esta noche: este coche fue construido por Hedley Studios, que hasta hace poco operaba como Little Car Company (aunque este nombre sigue estando presente en su web).

El inicio de todo

Ben Hedley y su equipo empezaron a construir miniaturas a escala de clásicos famosos en una nave de ladrillo de la antigua base aérea militar de Bicester hace menos de diez años. Se trata de vehículos más pequeños que los originales, pero lo bastante grandes como para conducirlos como un coche de verdad. Y, por supuesto, igual de caros.