La vida en algoritmos

Netflix es una empresa de tecnología y un estudio de cine y televisión. Pero el gigante del streaming busca ser algo más: una parte esencial de la vida.

- Por J.Iván Morales

Hay una máxima no oficial entre las compañías de tecnología en Silicon Valley que dice que entre menos humanos tengas tra bajando, es mejor. Los algoritmos no se enferman, no tienen que descansar y no tienen cambios súbitos de opinión, humor, intereses o comportamiento. Sin embargo, intentar descifrar justo estas repentinas y sutiles conductas idiosincráticas, es irónicamente, el objetivo de toda la operación de Netflix.

Gran parte de sus instalaciones en Los Gatos, California, están dedicadas a la investigación, tanto de hábitos de consumo, como de tecnología. “Todo en Netflix está personalizado”, presume Todd Yellin, vicepresidente de productos y encargado de que la plataforma de streaming funcione de manera en que más le acomode a cada persona. Desde el momento en que un usuario crea su cuenta, los sistemas propietarios de la plataforma –que comenzó a transmitir por Internet en 2007, con apenas 1,000 títulos disponibles– empiezan a conocerlo. Por ejemplo, dichos estudios les han informado que las fotos fijas no sólo son el factor más grande que la gente toma en cuenta a la hora de decidir qué ver, sino que éstas acaparan el 82% de su atención mientras están en la plataforma. También descubrieron que el ,tiempo promedio que dedicamos a decidir si queremos ver cierto contenido es de 1.8 segundos.

Por eso, cada título ahora tiene cinco imágenes diferentes, que aparecen en los carruseles de recomendación dependiendo del perfil. Si alguien vio Vampire Diaries, Pretty Little Liars y Riverdale hace poco, es posible que