La Carga De Lo Políticamente Correcto

Queremos buenas historias sobre personas interesantes, no personajes que han sido diluidos por lo políticamente correcto.

- Vera Anderson / Corresponsal en Los Ángeles

En todo Hollywood los guionistas están encerrados con sus computadoras sufriendo ataques de pánico. Las expectativas de lo políticamente correcto tras los movimientos Me Too y Time’s Up ha puesto una presión enorme sobre la creación de personajes femeninos. No se rían, es un problema real para los escritores. Por miedo a ser tachados de insensibles, los estudios están rechazando proyectos que podrían ser vistos como tolerantes al sexismo. Las actrices sólo quieren interpretar mujeres empoderadas y, al mismo tiempo, los actores andan temerosos de que un descuido del pasado resulte en una acusación de conducta inapropiada. Con todo esto, ¿qué queda por escribir?

Es fácil decir: “Por favor, no se tomen esto tan en serio”. Después de todo, nosotros, como espectadores, hemos consumido el acoso sexual en el cine y nos hemos reído de él sin darnos cuenta de su presencia. Al ver algunas de nuestras películas favoritas, muchas son ejemplos clásicos de misoginia cinematográfica: Jack Nicholson en Ansia de amar (1971); Naranja mecánica (1971) de Stanley Kubrick; Las mujeres perfectas (tanto la de 1975 como la de 2004); Animal House (1978);