EN BUSCA DEL EQUILIBRIO

Cada vez más alojamientos apuestan por la sostenibilidad y el bienestar, pero no solo el nuestro. También el del medio ambiente. En todos estos hoteles resulta fácil sentirse bien. En ellos da gusto empezar el año.

- Silvia Roba

Vistas del embalse de Tentudía desde el Hotel Desconecta2.

Resulta complicado llegar hasta La Donaira (ladonaira.com), quizá por eso se ha convertido en una especie de edén soñado. Este cortijo andaluz, en plena serranía de Ronda, a mil metros de altitud, presume de ser un "hogar lejos de casa" que sigue el ritmo marcado por la tierra. La espontaneidad define la personalidad de este refugio creado según los principios de sostenibilidad más básicos: ni hay plásticos ni televisiones en sus habitaciones. Para sustituirlas están los enormes ventanales que miran al inmenso verde. La ropa de cama es de algodón orgánico, los muebles son pura artesanía y de las bañeras, exentas, no apetece salir. Aunque habrá que hacerlo. Ahí afuera nos espera un mundo de experiencias: meditar en una cama de abejas-algo así como una cápsula de madera elevada sobre un enjambre-, montar a caballo, darse un baño de bosque u otro más real en el spa. La Donaira cuenta con un jardín medicinal, inspirado en los que antiguamente había en los monasterios, granja y huertos ecológicos que nutren la despensa. La miel procede de sus propias colmenas, el pan se hornea cada día, los huevos se recogen frescos cada mañana...

Ventanal de una de las habitaciones de Finca La Donaira.