LA GRAN MIGRACIÓN DE LOS NUS

¿El espectáculo de la travésía del Parque Nacional del Serensgueti de una manada de innumerables rumiantes en busca de pastos más verdes

- VINCENT NOYOUX

Parece una escena sacada de Memorias de África. Dejando atrás el Monte Kilimanjaro, la avioneta sobrevuela el enorme cráter del Ngorongoro proyectando su sombra en una tierra rojiza que recuerda la piel de los leones cosida con el hilo verde de los ríos.

Nos encontramos en el Serengueti, en Tanzania, al norte del Parque Nacional, cerca de la frontera con Kenia. Manadas de elefantes se bañan en el río Mara. Cocodrilos semisumergidos asoman la cabeza, y en las orillas se sientan unas masas más oscuras que las rocas, los hipopótamos.

Una maravilla, pero hemos venido a ver otra cosa: los ñus azules. Con sus larguiruchas patas, su pelaje gris-azul, su melena salvaje y su cara alargada que les da un aire testarudo, no son la élite del safari africano.

Los ñus viven en manadas de unos 30 ejemplares que se agrupan en masa durante la gran emigración anual.

“El ciclo empieza a comienzos de año en el sur del Serengueti con el traslado al oeste para, posteriormente, dirigirse al norte, al Masai Mara Kenia), al este y de nuevo al sur” nos explica nuestro guía, Erasto Macha. Los ñus siguen la lluvia porque les ofrece pastos más verdes. Permanecen en el norte del Serengueti desde julio hasta comienzos de octubre, pero agosto y septiembre es cuando vemos el mayor número de ellos”. Erasto estima que aquí debe haber 1,5 millones.

Si no fuera por el río Mara, sujeto a las grandes fluctuaciones que dependen de las precipitaciones que se produzcan río arriba, su emigración sería un camino de rosas. Con su nacimiento en el lado keniata del Gran Valle del Rift y su desembocadura en el Lago Victoria, es el río más largo y el único río perenne existente en el Serengueti. Es también el más peligroso de atravesar.