CÓMO NOS ENGAÑAN NUESTROS SENTIDOS

Los sentidos y el cerebro juegan un papel determinante a la hora de percibir el entorno. El resultado de los estudios confirma que continuamente te están engañando.

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Los cinco sentidos (olfato, gusto, vista, tacto y oído) representan el mecanismo a través del cual los seres vivos conocen y se relacionan con el mundo exterior. La información del entorno es captada por los sentidos y viaja a través de las neuronas hasta llegar al cerebro, que es el encargado de procesar todos los datos recibidos.

Estos últimos (los datos) informan al cuerpo sobre cómo es el mundo. Sin ellos, esto no sería posible. No habría ni vista ni oído. No se saborearían los alimentos ni se sentiría nada. El hambre no te informaría de que debes comer, y no percibirías el estado de frío o calor sin el sentido del tacto.

El gran problema es que los sentidos son limitados y, por ello, pueden resultar engañosos. Esto se debe principalmente a un error de percepción (que es la interpretación que hace el cerebro de los estímulos percibidos por los sentidos). Estos últimos y la percepción pueden engañar al ser humano, tanto por razones internas como externas.

Sin embargo, confiamos en los sentidos por completo y recurrimos a ellos constantemente, reaccionando acorde a los resultados que nos facilitan. En pocas palabras, actuamos considerando que son precisos, pero muchas veces se equivocan...