Hella, Yes!

La estrella holandesa del diseño, Hella Jongerius, demuestra que los mejores objetos e ideas son aquellos que crecen y se transforman junto con nosotros.

- HANNAH MARTIN

Redes de macramé y grandes cuentas de cerámica cubren la mesa de trabajo en el bullicioso estudio de Hella Jongerius en Berlín. El material llamativo y poco convencional es una evolución de la cortina que colgó en el Salón Norte de Delegados de las Naciones Unidas en 2013, cuyas cuentas fueron hechas por Royal Tichelaar, la compañía de cerámica más antigua de los Países Bajos, mientras que los nudos fueron una referencia a la historia marítima holandesa. Hoy, Hella utiliza material similar para adornar las mesas y bancos de madera que debutarán en su exposición de noviembre en la galería Salon 94 de Manhattan.

"El futuro del buen diseño socialmente responsable radica en una evolución del contenido", reflexionó la diseñadora holandesa, cuya práctica tiene una calidad distintivamente circular, con ideas y materiales constantemente reciclados y reinventados. "Siempre trato de crear un objeto inacabado; algo que deje opciones abiertas para que el usuario lo interprete".

Esto no es lo que esperamos de los diseñadores industriales, a quienes pedimos que consideren la funcionalidad, la precisión, la fabricación y, sobre todo, proyectos terminados antes que objetivos abstractos, como el sentimiento o la posibilidad. Pero es justamente lo que ha distinguido el trabajo de Jongerius de sus colegas a lo largo de las décadas. Ya sea colaborando con una galería o con Ikea, ella infunde en sus piezas artesanía y su implícita imperfección, para "darle oxígeno" al objeto.