Javier Bardem vs. Jack Sparrow

El mar es demasiado pequeño para los dos en Piratas del Caribe: La venganza de Salazar.

- Jessica Oliva

Todo comenzó con una atracción en un parque de di-versiones. Catorce años y cuatro películas después, Piratas del Caribe es una de las diez franquicias más exitosas a nivel mundial –con más de $3,700 MDD recaudados hasta ahora–. El Jack Sparrow de Johnny Depp, junto con el Capitán Barbossa de Geoffrey Rush, han mantenido viva la aventura bucanera durante todo este tiempo –generalmente a contracorriente de las críticas–, ayudados por lo atractivo de la mitología pirata, esos impresionantes sets de navíos de altamar, las peleas de espadas y, en el caso específico de la última entrega, Penélope Cruz. Desde La maldición del Perla Negra (2003), hasta Navegando aguas misteriosas (2011), sus defensores han atribuido su envidiable longevidad a un factor: todos los involucrados siempre parecen pasársela bastante bien, tanto en pantalla, como durante el proceso de filmación.

Al menos así sucedió con Javier Bardem, quien solía acompañar a su esposa Penélope al set de la cuarta entrega, en donde admiraba el ambiente de la producción de Jerry Bruckheimer. Ahora, el actor español ve cumplido el deseo que despertó en ese entonces: jugar a ser navegante en esos barcos. Su personaje, el capitán Armando Salazar, es el villano de la quinta entrega, dirigida por Joachim Rønning y Espen Sandberg –responsables de la nominada al Oscar Kon– Tiki (2012)–. Fiel a la corona española, está obsesionado con acabar con Sparrow y con todos los piratas, en una trama que ha sido descrita como un “suave