DESDE LA TRINCHERA DE ROGER DEAKINS

Tres décadas tras la lente lo han consolidado como uno de los mejores cinefotógrafos de la historia. 1917, sin embargo, es suprueba de fuego.

- Sergio López Aguirre @checoche / Enviado a Nueva York

Estamos sentados junto a Roger Deakins en una sala de cine en Nueva York. Así como nosotros –y como muchos cinéfilos alrededor del planeta–, el legendario director de fotografía dice que una sala como ésta es su lugar favorito del mundo. “Amo hacer películas cuya finalidad sea verlas en pantalla grande”, nos confiesa. Su labor junto a realizadores como los hermanos Coen, Denis Villeneuve y Sam Mendes lo confirma. Hoy nos hemos reunido con el cinefotógrafo para ver un avance de esta última colaboración: 1917. Ligeramente basado en una historia que el abuelo de Sam Mendes –un mensajero en la Primera Guerra Mundial– le contó a su nieto, el filme sigue a dos soldados británicos que deben llevar un mensaje a través de territorio enemigo para evitar una emboscada a su batallón. Descrita como un “deslumbrante logro técnico”, todo indica que la cinta será una de las contendientes más fuertes por el Oscar este año. Sin embargo, 1917 podría definirse también como una producción atípica en el panorama hollywoodense actual, en donde las películas de mediano presupuesto desaparecen frente a las grandes franquicias de blockbusters, hecho del que el fotógrafo inglés está muy consciente. “Claro, está pasando y es triste”, nos confiesa. “Ya no se producen muchos dramas. Y tam bién hay menos películas como 1917, que se hacen para la pantalla grande. Es igual que Blade Runner 2049: es una experiencia que debe verse en el cine”.

Retratada con un realismo apabullante, la experiencia de