EN BUSCA DE UN TESORO HUNDIDO

Los naufragios suelen atraer a personajes peculiares. Jeff Hummel, vecino de Seattle, en Estados Unidos, es un hombre alto y delgado de 58 años con la metódica mentalidad de un ingeniero, no de un buscavidas que se lanza al mar en busca de oro entre cerveza y cerveza. Su personalidad es más de académico que de explorador.

- Nancy Macdonald

Jeff Hummel nunca renunció a su sueño de encontrar el Pacific.

SE CREÍA QUE EL SS PACIFIC, QUE SE HUNDIÓ EN 1875, ALBERGABA UNA FORTUNA EN ORO. UN HOMBRE PASÓ DÉCADAS EN SU BÚSQUEDA

Sin embargo, oculta una profunda impaciencia. En su búsqueda del SS Pacific, un barco de vapor que se hundió en algún lugar de la costa del estado de Washington en 1875, sus días a veces comenzaban a las 4:30 de la mañana y no volvía a casa hasta las 10 de la noche. Manejaba caros equipos, tenía horarios imposibles y trabajaba con inversores deseosos de obtener una parte de las 6.000 onzas de oro — millones hoy día— que supuestamente se hundieron con el barco.

Hummel y su amigo Matt McCauley crecieron buscando otro tipo de tesoros en el lago Washington, al este de Seattle, con gafas de buceo. Se conocieron en una clase de socorrismo en su primer año de instituto. Cuando tenía 19 años, McCauley, con la ayuda de Hummel, reconstruyó una barca de cinco metros que sacaron del fondo del lago utilizando flotadores.

Siempre demostraron un enorme ingenio en sus hazañas de recuperación. “Íbamos a las gasolineras a pedir mangueras y las uníamos”, explica McCauley, hoy de 58 años. A través de estas mangueras, un barco en la superficie del lago les suministraba aire mientras se sumergían.

En el instituto, Hummel y McCauley comenzaron a tomarse en serio la búsqueda de los restos del Pacific, mítico entre los buscadores de tesoros. Pero la universidad, y luego el trabajo, se interpusieron. McCauley se mudó a la Costa Este. Hummel, que diseñaba