BEBER LA GENIALIDAD

En una mancuerna sorprendente y fabulosa, Krug se alió con Ryuichi Sakamoto, quien creó una sinfonía inspirada en tres champagnes de 2008, tres movimientos con distintas esencias que dan vida a Seeing Sound, Hearing Krug, un maridaje único.

- EDUARDO VENEGAS

“Always bubbles”, dice Julie Cavil, cuando el mesero le pregunta si quiere agua tranquila o sin gas. Sabiendo que ella es la chef de caves de Krug, su respuesta es natural, habida cuenta de que las burbujas son un símbolo fundamental de su labor. La escena ocurre antes de comenzar la cena que siguió a la presentación de la sinfonía que Ryuichi Sakamoto (Tokyo, 1952) compuso para Krug, inspirado en la cosecha 2008. El pianista no pudo asistir esta noche (se recupera del cáncer que le detectaron hace un par de años), pero una de las ventajas de la música es que, como escucha, puede acompañarte a cualquier lado y, si eres un compositor, te lleva por todo el mundo y a través del tiempo. Así que Sakamoto se hace presente esta noche en el vestíbulo del Museo de Brooklyn, donde se realiza la presentación, bajo el nombre de Seeing Sound, Hearing Krug.