La tormenta después de la tormenta

Después de meses de acusaciones y cambios fundamentales en la Academia y los estudios, Hollywood al fin parece listo para transformarse. Sin embargo, todavía falta mucho por hacer, la lucha está lejos de terminarse.

- Por Vera Anderson

El año pasado fueron los “Oscars so white”. Éste, sin embargo, bien podríamos decir: “Oscars… so what?”. Y es que si lo pensamos, ¿en realidad qué ha cambiado? Claro, este año estuvo lleno de buenas películas y actuaciones sobresalientes, pero lo que realmente está en la mente de todos en Hollywood es un sentimiento sobrecogedor de cansancio, de hartazgo. La temporada de premios –como siempre– pareció interminable, pero son las noticias las que ya tienen a todos agotados. Cansados del abrumante flujo de revelaciones desagradables tras el escándalo de Harvey Weinstein; de todos los sociópatas que abusan de su poder para mantener el statu quo; hartos de la inequidad de género y raza; fatigados de la devastadora embestida de huracanes, incendios forestales y movimientos de tierra que sucedieron en 2017. Y sí, exhaustos por la angustia que generan los tiroteos en las escuelas y por todas las noticias que salen de Washington D.C. diariamente. No, los Oscares no eran la única cosa en la mente de todos los televidentes: para mantenerse relevantes, aquellos premios –y Hollywood en general– necesitan poner más atención a este detalle.

La buena noticia es que el cambio está en el aire. Es como si el presentador de noticias interpretado por Peter Finch en