LA MAQUINA HUMANA

DESDE TIEMPOS INMEMORIALES LOS HUMANOS HAN SOÑADO CON CREAR UNA IMAGEN ARTIFICIAL DE SÍ MISMOS

- Torben Müller

En una sombría noche de noviembre en Ingolstadt (Alemania), la lluvia azota las ventanas. A la luz de una vela casi consumida, se abre el ojo lúgubre de una figura. Toma aire con fuerza y sus brazos y piernas se agitan. Todo en ella parece humano, pero no lo es.

Viktor Frankenstein lleva casi dos años trabajando en esta criatura y ahora le está dando vida. "Una nueva especie de seres humanos me aclamará como su creador, y estaré en el origen de muchas cosas buenas y nobles", espera. Pero luego todo cambia de forma diferente. Cuando Mary Shelley publicó Frankenstein o El moderno Prometeo, la clásica novela de terror, en 1818, se anticipó a los avances modernos de la robótica y la inteligencia artificial. Sin embargo, el tema de su historia no era nada nuevo: la idea de crear un ser humano artificial ha preocupado a la humanidad desde la noche de los tiempos.

"La idea de poder crear seres humanos o simular facultades específicamente humanas es uno de los sueños más ancestrales de la humanidad", escribe el literato Rudolf Drux, especialista en la historia cultural del ser humano artificial.

Según la mitología griega, Prometeo creó el primer ser humano a partir de arcilla, utilizando una materia prima similar a la del Dios judeocristiano de la Biblia Al mismo tiempo, los primeros seres mecánicos, más tarde llamados androides, entraron en la historia de la literatura: según Homero, Hefesto, el dios cojo de los herreros, construyó ayudantes de oro.

Primeros autómatas en la Antigüedad

Hefesto y Prometeo eran dioses. Según una leyenda griega, Pigmalión de Chipre fue el primer humano en crear un nuevo ser. Primero esculpió una virgen de marfil, que fascinó tanto a ese hombre solitario que se enamoró de ella. Pigmalión pidió ayuda a Afrodita, la diosa del amor y la belleza, y ella insufló vida a la estatua, que, por supuesto, se enamoró inmediatamente de su creador.