Una taza de chocolate caliente

El chocolate caliente ha pasado de ser un placer ancestral a convertirse en una tradición moderna

- Leila El Shennawy

DESPUÉS DE UN día patinando, esquiando o caminando por el campo, ¿qué mejor que una taza de chocolate caliente? Este reconfortante elixir, en ocasiones coronado con nata o barquillos, es una delicia amada por todos. Pero ¿sabías que esta bebida ya se disfrutaba hace miles de años en lo que ahora es el territorio de México y que, tiempo después, fue la bebida elegida por el mismísimo emperador azteca Montezuma?

Mucho antes de la creación de las barritas de chocolate y del polvo de cacao instantáneo, alrededor del 1500 a. de C., los olmecas, población del noroeste de América Central, comenzaron a consumir cacao en líquido, y ya en el 1400 d. C. era parte de la cultura azteca. La palabra xocolatl, pronunciada “shoh-kwah-tul”, evolucionó con el paso del tiempo en “chocolate”.