Muerte en el lago

Dos turistas borrachos se llevaron por delante la vida de una joven pareja el lago italiano de Garda

- Matthias Bolsinger y Luisa Brandl

La noche es cálida, y poco antes de que se haga el silencio en el lago Garda, un barca de madera avanza por las aguas de la bahía de Saló. Umberto y Greta van a bordo. Los dos jóvenes viven cerca del lago. Se conocen desde hace unas semanas. Se gustan mutuamente. El cielo está despejado, la luna brilla y una ligera brisa roza el agua. Son las 23:24 horas cuando dos luces brillantes se acercan a toda velocidad.

El 20 de junio de 2021, al amanecer, un pescador encuentra una barca de madera astillada en el lago. Dentro ve a un hombre sin vida, y un bolso y unos zapatos de mujer. Los buzos y el equipo de rescate buscan a la mujer y encuentran por fin su cuerpo a 98 metros de profundidad. Identifican los restos de Greta Nedrotti, de 25 años, estudiante de Toscolano-Maderno. Su cuerpo presenta profundas heridas, tiene las piernas rotas y los pulmones llenos de agua. Consiguió sobrevivir al accidente, pero se ahogó.

El cuerpo del hombre pertenece a Umberto Garzarella, de 37 años, un operario de Saló. Garzarella, según determinarán los expertos forenses, murió a los pocos minutos de sufrir las heridas que acabaron con su vida.

Los equipos de rescate no tardan en localizar la lancha motora que causó el fatal accidente. Está en un astillero a las afueras de Saló, suspendida de unas cuerdas para evitar que se filtre el agua por el agujero de la proa. Poco después localizan a sus dos ocupantes, Marcel Kern* y Florian Stanger*, dos alemanes de 52 años. Afirman no haberse dado cuenta del accidente. Solo oyeron un ruido sordo, no demasiado fuerte, y pensaron que habían arrollado una boya o un remo. Stanger asegura que incluso pararon a mirar.