El secreto de ser abuelo

SIEMPRE QUE LLEGA un nieto, sobre todo si es el primero, es importante que la ayuda sea la correcta. En nuestro caso, nos ayuda una bonita y joven pareja aparentemente perfecta a educar a nuestro nieto.

- Richard Glover

El bebé parece quererlos de verdad y eso nos quita a nosotros muchas preocupaciones. Cuando eres abuelo, no puedes confiar un trabajo tan importante a cualquiera.

El trato es el siguiente: la pareja hace la mayor parte del trabajo difícil, como dar de comer al bebé, cambiarle los pañales y arrullarlo antes de dormir. Hasta vive en su casa, lo que hace todo más sencillo.

Nosotros intervenimos en los momentos divertidos, como cuando cogemos al nieto -que es muy guapo, arquea su pequeña espalda y levanta la mirada al mundo como si quisiera comprender mejor sus maravillas, siempre gesticulando hacia nosotros extendiendo sus manitas como estrellas.

¿Cómo, os preguntaréis, una joven pareja aceptaría encargarse solamente del trabajo difícil mientras los abuelos disfrutan del más sencillo?

Es una pregunta correcta. Suele ocurrir que, cuando llegamos, la pareja joven ha estado en vela toda la noche, tiene grandes ojeras y hasta se tambalean.

Pero el nieto tiene la barriga llena.

LOS PADRES SE ENCARGAN DE LO DIFÍCIL. A LOS ABUELOS LES TOCA DIVERTIRSE.

Nosotros, los abuelos, nos turnamos para mecerlo, hacerle muecas y decirle que es el niño más guapo del mundo. Y él se contonea en nuestros brazos.

Una hora o dos más tarde, cuando la situación comienza a ser tensa, se lo devolvemos a la pareja joven y desaparecemos por la entrada. "Nos vemos en unos días", les gritamos.

"Vamos con amigos a la playa y esperamos pasarlo muy bien"