EL NOBLE LENGUAJE DE LA VID

Con una visión de gozo y encuentro, Rombauer Vineyards ha forjado un sello distintivo en el estilo del vino californiano, admirado por conocedores y entusiastas en todo el mundo.

- Robb Report Staff

Uno de los vinos más icónicos de la bodega es Carneros Chardonnay, por su estilo opulento: frutal, con una textura sedosa caracteristica y un final untuoso.

ÁS DE UN SOMMELIER —de esos que lo han probado todo, desde Borgoñas centenarios hasta producciones de autor imposibles de rastrear— ha susurrado el nombre de Rombauer Vineyards. Es el vino que aparece en cenas íntimas, cuando la conversación fluye y el protocolo cede.

Esa filosofía del goce y el hedonismo sincero no es casualidad. Tiene raíces profundas, familiares y culturales. La tía abuela de Koerner Rombauer —fundador de la bodega junto a su esposa Joan Ransome en 1980— fue Irma S. Rombauer, autora del icónico The Joy of Coo- king. Aquel libro no solo enseñó a cocinar, sino que democratizó el arte de la buena mesa para generaciones de estadounidenses. Allí, como en cada botella de la bodega, late una idea simple pero poderosa: la vida merece celebrarse, y el vino es uno de sus lenguajes más nobles.

La tercera generación mantiene viva una tradición que va más allá del vino: crear experiencias que combinan gastronomía y vinos excepcionales, celebrando la vida con un compromiso sostenible que preserva la riqueza del Valle de Napa.

Koerner trabajó durante tres décadas como piloto en el ámbito militar y comercial, pero al mudarse al corazón del Valle de Napa con la familia que formó con Joan, encontró una nueva pasión. Comenzó su incursión en el mundo del vino como socio de Conn Creek y Joan también adquirió experiencia en las ventas; tras aprender a fondo el negocio, la pareja emprendió su propio camino.