EL REHÉN DE UN COVENANT

ESTE CEO COSECHA UNA RENTABILIDAD SOBRE EL CAPITAL INVERTIDO QUE SUPERA CON CRECES A LOS LÍDERES MUNDIALES DEL ACERO. SIN EMBARGO, ACABA DE ENTRAR EN EL OSCURO TÚNEL DE LA VIOLACIÓN DE LOS CONTRATOS DE DEUDA.

- César Martínez Aznárez

No todo se puede prever. Humberto Abaroa y su equipo idearon un plan para controlar toda la cadena productiva de los aceros planos de Grupo Fondería. Había que fabricar el insumo intermedio, el planchón; y, para eso, era necesario montar una nueva planta industrial. Se llamó Proyecto Beskar. Todo marchaba bien.

Pero una planta requiere de inversión, y la inversión requiere de financiamiento, y el financiamiento necesita de un endeudamiento (porque lo normal es que no se cuente con tanto dinero en la caja). Y Abaroa López lo consiguió. El más importante: un crédito sindicado, firmado en 2022, por hasta un total de 5,000 millones de pesos (MDP).

Bancos e inversionistas bursátiles son desconfiados (o precavidos), y ponen condiciones para soltar su dinero: se llaman covenants, compromisos que el deudor asume en el contrato de deuda. Uno de ellos consiste en mantener los ratios de deuda dentro de un rango predeterminado.

Grupo Fondería se comprometió, por los contratos de préstamos bancarios y de certificados bursátiles que firmó, a mantener el ratio Deuda Neta a Ebitda por debajo de 3.5 veces (esto recibe distintos nombres, como apalancamiento neto). Y ese compromiso es un covenant.

La empresa había mantenido ese ratio debajo del nivel de 3.5 veces, e incluso en los 12 meses cerrados en marzo de este año, todavía seguía respetando el covenant firmado (3.47).

Pero ya no todo marchaba bien, porque los precios del acero han bajado desde 2023 y también el volumen vendido desde 2024, de modo que el Ebitda se redujo gradualmente y la deuda aumentó cada año para financiar el proyecto Beskar, los dos indicadores que determinan el ratio.