saludo al sol

Como un crustáceo que sale de su coraza hacia el atardecer, Casa Tobi se pliega al paisaje oaxaqueño y propone una arquitectura atenta, silenciosa y viva.

- GABRIELA ESTRADA

Desde lo alto, Casa Tobi revela su composición fragmentada: una serie de volumenes que descienden con la pendiente y se abren hacia el paisaje de Puerto Escondido.

Casa Tobi parece más encontrada que construida. Es una estructura que se integra al terreno y genera su propio refugio, una forma viva que responde a la pendiente, al sol, al viento. Se trata de una residencia de inspiración crustácea: “imaginamos que uno de ellos salía del terreno rocoso para ver el atardecer”, afirmaron desde Espacio 18 Arquitectura, el despacho oaxaqueño fundado por Mario Ávila y Carla Osorio. Se trata de una casa que, en lugar de imponerse, se ofrece a sus habitantes y a la naturaleza.

Página anterior La textura del concreto pigmentado, la celosía de madera y el reflejo del agua componen una atmósfera serena, donde cada material invita a ser tocado. Esta página (de arriba a abajo) El interior fluye hacia el exterior sin interrupciones, ni protagonismo. El nivel superior, diseñado como espacio de contemplación, remata la secuencia descendente del proyecto y captura la luz del atardecer en la costa oaxaqueña.