El poder purificador del calor

Practicar tapas demuestra que el esfuerzo genera energía.

- By Rina Deshpande

Cultivar el calor en la vida, tanto física como metafóricamente, aporta una purificación similar. El Tapas puede reavivar nuestras vidas y ayudarnos a seguir nuestro camino

Cuando me senté a escribir este artículo, me di cuenta de que sufría el bloqueo del escritor. Estaba atascada entre ideas contradictorias, entregas inminentes, decisiones de estilo, un abismo de datos, y observada por mi propio crítico interior. Intenté dejar de hacer cosas para poder concentrarme. Me senté en el escritorio. Nada.

Al sentirme frustrada recordé que uno de mis profesores ofrecía una clase virtual de asana con calor. Pese a que me quedaba poco tiempo, decidí apuntarme. Durante una hora sostuve posturas, respiré profundamente y sudé. Todos los nudos se derritieron de mi cuerpo físico y de mi mente pensante. Cuando me volví a sentar después de la práctica, las ideas fluían con más libertad que en las semanas anteriores.

El esfuerzo que hice en la esterilla es un ejemplo de Tapah o Tapas –el calor productivo que ayuda a limpiar la consciencia, a proporcionarte claridad al cuerpo y la mente, y a animarte a conseguir tus propósitos–. Para mi, el Tapas ilumina el Yoga como la verdadera unión: el calor purificador conecta mi voluntad y renuencia, reabre el flujo ilimitado a través de los retos finitos, y me recuerda que la serenidad puede existir dentro del esfuerzo y del exceso de práctica.

El calor como purificación