Desafiar las reglas

Ilse Salas e Irene Azuela presentan la puesta en escena más arriesgada en el mundo de Cabaret, el icónico musical de Broadway y Hollywood.

- Por Doly Mallet. Fotos Marco M

"¿No te gustaría ser el Maestro de Ceremonias en Cabaret?”. A Irene Azuela le brillaron los ojos cuando Mauricio García Lozano le hizo una propuesta que, como acotó sabiamente Vito Corleone en El Padrino, no podía rechazar. Ambos trabajaban juntos en la nueva adaptación de Como agua para chocolate y a pesar de que la actriz estaba enfundada en un vestido de época y un chongo que la hacía ver más “señora”, García Lozano, director de la puesta en escena, tuvo un salto de creatividad.

El productor de la obra, Claudio Carrera, había llamado a Irene para el casting de Sally Bowles, así que, casi como travesura, ella llegó caracterizada del famoso Emcee – como se le conoce en inglés– y subió al escenario pidiendo la emblemática música de “Willkommen”. Cuando terminó la audición, Carrera estaba atónito y le dijo: “Tenemos que hacer esto”. Así que movió hilos para que les dieran el permiso de que una mujer caracterizara a uno de los personajes más representativos del teatro musical y del cine.

“Es un regalo de personaje. Te invita al juego, a vivir al presente, es delicioso, la libertad absoluta. Me estoy divirtiendo mucho y estoy feliz, pero también es un reto muy grande, porque tienes que estar muy conectado con el público y pendiente de sus reacciones para integrarlas al show”, confiesa Azuela. Irene habla del proyecto con mucha energía. Además, ella es casi pionera del tema en México, pues hace un par de años interpretó a Hamlet, también en teatro.

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