ENVEJECER ES UN TRABAJO

“ERES CANDIDATO PARA EL GLAUCOMA”, Me dijo el oftalmólogo el otro día. Candidato” suena bastante bien, como si estuviera preparándome para un doctorado. Me preguntaba si, como título universitario, podría abandonar mi candidatura, pero, por desgracia, el glaucoma va por su cuenta.

- Richard Glover

“No te preocupes; dijo el oftalmólogo. No es que tengas glaucoma, solo que tenemos que vigilarlo”

El joven oftalmólogo lanzó una mirada preocupada pero comprensiva a la que te acostumbras pasados los 60.

La profesión médica me ha mirado colectivamente y ha decidido que estoy a punto de desmoronarme. Todos los médicos y especialistas que veo están convencidos de que el autor de mi muerte será la enfermedad en la que tienen experiencia.

El oftalmólogo quiere verme una vez al año, el dermatólogo quiere verme cada seis meses, y el fisioterapeuta una vez al mes. El dentista, a quien vi por última vez hace tres años, me envía recordatorios mensuales de creciente decepción y no oculta su enfado. Mi médico de familia necesita revisar mi tensión antes de recetar más medicación. Si fuera él, también revisaría la tensión arterial del dentista.