"EL PROXIMO AVION SE VA A ESTRELLAR AL ATERRIZAR"

EL AVIÓN ESTABA CASI SIN COMBUSTIBLE. LA ÚNICA OPCIÓN DE LOS PILOTOS ERA UNA MANIOBRA QUE NADIE HABÍA INTENTADO NUNCA

- John Dyson

El avión tronó por la pista y se elevó hacia el cielo nocturno de Los Ángeles. Qué raro”, comentó el capitán Tim Barnby al ver que las ruedas tardaban más de lo habitual en retraerse. Revisó los instrumentos en busca de indicios de problemas. No los había: todas las ruedas estaban arriba y aseguradas.

Sin problemas aparentes, el vuelo 024 de Virgin Atlantic, con 98 pasajeros y 16 tripulantes, puso rumbo hacia el aeropuerto de Heathrow en Londres. No hubo incidentes y, once horas después, el Airbus 340 comenzó a descender. Con vientos de cola favorables, aterrizaría a las 15:05 horas del 5 de noviembre de 1997, antes de tiempo.

Graham y Janice Jones vieron cómo su hija Claire, de 23 años, sonreía por el pasillo, elegante en su uniforme de auxiliar de vuelo. Había invitado a sus padres a California y volaban de vuelta a casa. Papá” dijo Claire, el comandante quiere saber si te gustaría estar en la cabina durante el aterrizaje”.

"¡Me encantaría!” respondió. Poco después, Jones estaba en el asiento plegable entre el comandante Barnby, de 39 años, que hablaba por radio con el control de tráfico aéreo, y Andrew Morley, de 32 años, que pilotaba el avión. Craig Mathieson, de 28 años, el tercer piloto que los había relevado por la noche, le explicó la secuencia. Al bajar el tren de aterrizaje verá cuatro luces verdes en el panel de instrumentos que indican que las ruedas están abajo”.