ALERTA CON LAS PILAS DE BOTÓN

Padres y abuelos tomad nota: estos diminutos dispositivos pueden ser letales para los niños

- Lisa Fields

MOMENTOS DESPUÉS DE que el pequeño Mio Vettenterä, de tres años y medio, accidentalmente se tragara una pila de botón del palo de selfie de la familia, en septiembre de 2016, corrió a los brazos de su madre, Minttu, llorando para contarle lo que había pasado. Alarmada, Minttu lo llevó de inmediato a urgencias en Riihimäki, un pueblo del sur de Finlandia.

Una radiografía mostró que la pila se había quedado en el esófago de Mio, pero en el hospital no contaban con las herramientas necesarias para extraerla. Cuando los médicos de un segundo hospital lograron sacar la pila, habían pasado ya siete horas y el dispositivo había dañado gravemente el esófago perforado la tráquea. Fueron necesarias 20 operaciones reconstructivas en su esófago, la mayoría durante el primer año del suceso, y durante unos meses el niño tuvo que alimentarse a través de un tubo. Ahora, a los diez años, debe someterse a controles frecuentes de esófago para detectar acumulación de tejido cicatrizal, lo que podría impactar en su capacidad de comer con comodidad.

Desde entonces, comenta Minttu, "muchísimas personas me han dicho que nunca habían pensado en lo peligrosas que podían ser estas pilas".

Escondidas en muchos artículos de uso cotidiano, como mandos a distancia, mandos de coches, audífonos, tarjetas musicales y relojes, las pilas de botón pasan desapercibidas, pero hay que prestarles muchísima atención, se ha comprobado que pueden ser extremadamente peligrosos si caen en las manos equivocadas.