SALTO A LO DESCONOCIDO

EL AMBICIOSO REGLAMENTO TÉCNICO TRAERÁ CONSIGO UNA NUEVA GENERACIÓN DE MONOPLAZAS MÁS ARRIESGADOS QUE NUNCA

- TEXTO: SERGIO MARTÍNEZ

Finalmente la Fórmula 1 afronta en 2026 uno de los cambios de reglamentación técnica más profundos que se recuerda, solo a la altura de cuando la categoría decidió incorporar las unidades de potencia híbridas.

Y precisamente es esta tecnología híbrida la que tiene gran parte de culpa. La categoría ha optado por aumentar la electrificación de sus monoplazas. Decisión no carente de riesgo pues no son ni una ni dos las series de primer nivel que han tenido que dar marcha atrás con su electrificación por el aumento de los costes unido a la nula popularidad. Pero la categoría se comprometió hace unos años y un fabricante como Audi se unió simplemente por este reto.

Más electricidad

Una mayor electrificación a costa de menor implicación del motor de combustión clásico. ¿Cómo aumentar la energía eléctrica y disminuir la combustión sin dejar de tener los monoplazas más rápidos del planeta? Este es el reto que asumió la categoría, que decidió que la mejor manera era reducir el drag de los vehículos acudiendo para ello para algo que durante años fue tabú; la aerodinámica activa. Alerones que cambian su incidencia según estén en recta o en curva y que la propia F1 ha llamado modo 'X' y 'Z'. El primero para rectas, el segundo para curvas, con asteriscos que indican que en el futuro se podrían intentar cosas más atrevidas. Este tipo de aerodinámica ha estado prohibida prácticamente desde su planteamiento por su alto nivel de peligrosidad, pero en 2026 se ha visto como la manera de que la competitividad de los monoplazas no caiga en picado, hasta el punto de que cualquier serie rival pueda optar a poner en pista prototipos más rápidos.

Los modos 'X' y 'Z'