Recuerdos lisboetas

Kengo Kuma nos recibe para presentarnos en exclusiva el nuevo Centro de Arte Moderna Gulbenkian: toda una institución que pretende convertirse en la sala de estar de la ciudad.

- ARANTXA NEYRA

Todos en Lisboa tienen un recuerdo en el parque del Gulbenkian: quién no iba con su abuelo a tomar helados de niño o se dio el primer beso bajo un ciprés, y aquellos que no fueron marcados de por vida con una exposición, al menos han fantaseado en su anfiteatro al aire libre con "Sueño de una noche de verano".

Creado para albergar el legado del coleccionista y filantropo Calouste Gulbenkian (1869-1955), el museo no es solo toda una institución en la ciudad, sino un trozo de la historia de cada lisboeta. Por eso, desde la Fundación Gulbenkian, encargada de gestionarlo, invitaron a seis estudios de arquitectura a, literalmente, darle una vuelta al edificio concebido por el británico Sir Leslie Martin, en los años 80, para alojar el Centro de Arte Moderna Gulbenkian (el mayor acervo de arte portugués del siglo XX, con una colección de más de 12 mil piezas).

La cosa no iba solo de un tema arquitectónico, sino más bien de seguir generando recuerdos. Por eso, Kengo Kuma y sus arquitectos asociados en Portugal, el estudio OODA de Oporto, tenían dos obsesiones: conseguir más espacio huyendo de lo grandilocuente y establecer una mayor conexión entre el edificio, el jardín, Lisboa y sus ciudadanos. Por eso, precisamente por eso, fueron los ganadores del concurso. Ahora, el acceso al nuevo CAM, que volvió a abrir sus puertas al público el 21 de septiembre se hace desde una entrada con unos jardines más extensos que dialogan con el bosque original y que son para Kuma "el alma del edificio".